Calefacción

¿Qué calefactor me conviene mejor?

Convector:
es un sistema de calor que trabaja por convección, cuando este se conecta a una corriente eléctrica.
En su interior cuenta con unas resistencias que con las encargadas de calentar el aire que viaja por ella.
Transmite el calor hacia arriba y lo expulsa por rejillas hacia el exterior.
Son aparatos que no suelen pesar y gracias a ellos pueden ser trasladados de habitación en habitación.
Suelen consumir más energía que otras y si la estancia es muy grande, no conseguirá calentar todo.

Calefactores:
se parecen mucho a los convectores pero su diferencia es que dentro del calefactor se encuentra un ventilador que hace que expulse calor
Suelen ser de tamaño pequeño y se suelen colocar en el suelo. Calienta rápidamente la habitación. Energéticamente consumen menos que los convectores pero suelen hacer ruido y en cuanto se apaga el calor se deja de percibir.

Estufas:
Son más grandes que los dos primeros y suelen usar gas butano.
Son eficientes energéticamente ya que no van enchufadas a corriente, sino que depende del gas y pueden calentar habitaciones más grandes.
Suelen tener ruedas para poder desplazarlo de un lado a otro.
No recomendamos para espacios muy pequeños.

Radiador de aceite:
Estos aparatos están equipados con una o varias resistencias eléctricas que calientan el fluido que hay en su interior transportando el calor por todo el interior.
Tarda en calentarse pero un vez apagado después de un rato seguirá desprendiendo un pco de calor hasta que poco a poco vaya enfriándose del todo.
Suele ser para habitaciones pequeñas. Son silenciosas, no necesitan de instalación, incorporan un termostato para ajustar la temperatura y detener el consumo hasta llegar a los grados deseados.

Calefactor Cerámico:
a diferencia de un calefactor normal que lleva un ventilador, la electricidad pasa por unas placas de cerámica, seguidamente esta electricidad calienta los elementos de aluminio circundantes y un ventilador distribuye el calor hacia fuera.

Termo ventiladores: Suelen ser pequeños, ligeros y fácilmente transportables. Proporcionan calor rápido, pero a menudo son ruidosos y su corriente de aire puede resultar molesta.

Lo que debes de tener en cuenta: La potencia de un calefactor depende de:
-Acristalamiento.
-Aislamiento de la pared.
-Volumen de la habitación.
-Velocidad de calentamiento que queremos.
-Temperatura regulada.